A la Derecha, Señor Vespucio


Por: Walter Javier Arrázola Mendivil
Diputado Nacional de Bolivia


A diferencia de los gobiernos, la sociedad civil en América Latina está dando al mundo lecciones importantes de ciudadanía y libertad. La sociedad civil se ha cansado de ver cómo los movimientos populistas, neocomunistas y seudo-indigenistas, encabezados por Hugo Chávez y planificados por el aparato ideológico y de inteligencia del castrismo, secuestraron a las débiles democracias de la región.

Los golpes de Estado ya no se hacen con las armas, mediante el terrorismo o la insurrección de ayer. Ahora son golpes “light”, operados a través de la desinstitucionalización del Estado, convocando Asambleas Constituyentes bajo la presión violenta de masas alineadas ideológicamente. Una vez cooptada la burocracia, la modificación total de la Constitución es la vía para implementar la reelección indefinida, receta acompañada del apoyo financiero del narcotráfico y de los petrodólares de Chávez, con el cual la izquierda ha impulsado en América Latina procesos de captura del Estado.

Hoy la sociedad civil latinoamericana está saliendo a la calle y a las urnas para recuperar la democracia. Sí: a la calle. Todo empezó con ¡Mi honduras querida!, que le dijo no al proyecto totalitario chavista y a la injerencia de Estados Unidos.

El domingo 25 de noviembre en Uruguay, el candidato del Foro de Sao Paulo, José Mujica, no pudo ganar las elecciones presidenciales. Mujica (Frente Amplio) obtuvo alrededor del 47% de los votos, frente a un porcentaje similar obtenido por los candidatos de centro-derecha, Luis Alberto Lacalle (Partido Nacional, 30%) y Pedro Bordaberry (Partido Colorado, 17%), quienes anunciaron anoche mismo que irán juntos a la segunda vuelta que se realizará el 29 de noviembre.

El mismo día de las elecciones en Honduras, en la cual los hondureños le dirán no al imperio en decadencia, al petro-narcotráfico de Chávez y al servilismo de la OEA. Día en que le dirán sí a la libertad y la democracia. Un pueblo contra los gobiernos y Estados cómplices, pero acompañado de la razón y la causa justa, al lado de Dios.

En Uruguay igual que en Argentina -pero con otra estrategia- los terroristas de los años setenta pretendieron anular mediante un referéndum la Ley de Caducidad, amnistía que amparaba a los militares que actuaron contra el MLN-Tupamaros (de donde viene Mujica), pero este intento fue rechazado por el voto popular.

Lo que significa que los uruguayos rechazaron la agenda de venganza de los guerrilleros del Frente Amplio, que sólo querían la revancha retroactiva contra quienes les vencieron en las armas. Los uruguayos prefieren dejar atrás los enfrentamientos del pasado.

En Nicaragua, a Hugo Chávez no le está saliendo nada bien. La pretensión reeleccionista de Daniel Ortega ha encontrado amplio rechazo dentro y fuera del país. Hoy empiezan a justificarse las acciones de Honduras por quienes las criticaban. Contrasta la actitud “diligente” de la OEA con el caso Honduras, frente a la indolencia manifiesta frente al golpe de los sandinistas. Mientras más se pueda contrastar ambas posiciones, más desenmascarados quedarán Insulza y sus aliados, fabricantes de golpes “ligth”.

En esta semana, en Brasil se definirá el ingreso de Venezuela al Mercosur, en la Comisión del Senado que estudia el tema. ¿Qué dirán los militares brasileños de las milicias civiles de Chávez y de la conformación de ejércitos conjuntos?

No ingresar al Mercosur sería la cuarta derrota de Chávez en menos de dos meses. La primera Honduras, la segunda Uruguay, la tercera Nicaragua y la cuarta Brasil.

Aunque puede venir una quinta derrota para Chávez, tal vez la más dura: Bolivia, donde aparecen cada vez más evidencias de la directa responsabilidad del gobierno en la ejecución de tres jóvenes europeos en Santa Cruz, asesinados mientras se alojaban en el Hotel Las Américas.

Se esperan acciones judiciales contra el gobierno de Evo Morales, no sólo de los familiares de las víctimas, sino también de los gobiernos de Hungría e Irlanda. Además, el mundo está comprendiendo y viendo esta ejecución como una continuidad de la masacre de Pando, planificada desde el mismo gobierno para deponer al prefecto de ese departamento, Leopoldo Fernandez, acusándolo de genocidio. Fernández se encuentra detenido desde hace más de un año en la cárcel sin que se le inicie un juicio justo. Con estas acciones, el gobierno de Morales persigue a los opositores a su régimen.

Las elecciones presidenciales en Bolivia serán el domingo 6 de diciembre, una semana después de la segunda vuelta de Uruguay, donde el centro-derecha unificado entre el Partido Nacional (Blanco) y el Partido Colorado podría consolidar la victoria de Lacalle.

Es bueno aclarar que aunque Mujica ganara no la tendrá fácil, ya que existe un equilibrio congresal. Como siempre Uruguay equilibrado. Lo que falta por consolidar ya no es el Legislativo sino el Ejecutivo. Una segunda vuelta de infarto.

En caso de ganar, Lacalle llenará de optimismo a la golpeada oposición boliviana y la desahuciada sociedad civil que no tiene quien la oriente se llenará de confianza para lograr una segunda vuelta, donde se pueda articular una unidad opositora que dará como resultado la victoria de Manfred Reyes Villa y su candidato a vicepresidente, Leopoldo Fernández, preso político del régimen de Evo Morales. Un dolor de cabeza para Morales y el comienzo de la caída de Chávez en América Latina.

Por esto todos a la calle. Doblando a la Derecha, señor Américo Vespucio.

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