Por: Walter Javier Arrázola Mendivil
Diputado Nacional
Estoy convencido que la unidad de la oposición en estos momentos no solo es imprescindible, necesaria y urgente, para salvar la democracia en Bolivia. La unidad debe estar en torno a una persona que no genere desconfianza entre los actores políticos e intereses regionales, como económicos. Estoy seguro que esa persona y ese candidato ideal sería Leopoldo Fernandez, el primer gobernador preso político de este régimen.
Diputado Nacional
Estoy convencido que la unidad de la oposición en estos momentos no solo es imprescindible, necesaria y urgente, para salvar la democracia en Bolivia. La unidad debe estar en torno a una persona que no genere desconfianza entre los actores políticos e intereses regionales, como económicos. Estoy seguro que esa persona y ese candidato ideal sería Leopoldo Fernandez, el primer gobernador preso político de este régimen.
Por ello, el CONALDE si es coherente e inteligente debería proponer como candidato a la presidencia de Bolivia al gobernador de Pando Leopoldo Fernández; y que en torno a él se elijan los candidatos a diputados y senadores, de tal manera empezaríamos a rearticularnos desde las regiones y los departamentos. “Cada caciquito tendría su chaquito” de poder en cada departamento, y no perderían sus espacios de poder sino más bien los fortalecerían. Estos serían los encargados de articular a los grupos de intereses económicos, sociales y políticos en su lugar de origen, postergando momentáneamente sus aspiraciones presidenciales y manteniendo, momentáneamente, su statu quo en sus departamentos.
De esta manera lograríamos unir a través del CONALDE y equilibrar los intereses regionales, de acuerdo a las estrategias que opte cada departamento y sus élites.
La postulación de Leopoldo a la presidencia, es viable porque no tiene sentencia ejecutoriada. Sería la primera vez en la historia del mundo y de Bolivia, un candidato a la presidencia se encuentra detenido, sin juicio justo y un debido proceso.
El objetivo de esta postulación sería transformar el voto a la presidencia en un voto protesta y de castigo, en un plebiscito que muestre al mundo las injusticias, las persecuciones y las violaciones a los Derechos Humanos que están sufriendo los opositores al régimen totalitario de Evo Morales. Los medios de comunicación internacionales se volcarían a estudiar y ver que es lo que pasa en Bolivia ¿porque el CONALDE apoya a Leopoldo Fernández? ¿Qué ha pasado en realidad en Pando? ¿Por qué no tiene un juicio justo y un debido proceso Fernández? Se imaginan como se interrogaría e interesaría la comunidad internacional en la Candidatura de un preso político en Bolivia.
La dictadura se ha implementado de a poco, y las elecciones de diciembre serán las últimas herramientas democráticas que tendremos para luchar contra el totalitarismo y el necolonialismo andino, que pretende destruir la forma de vida, las culturas, las instituciones y el progreso del oriente boliviano.
La candidatura de Leopoldo Fernández es la última oportunidad de unidad y de redimirnos de los errores cometidos (o traiciones) ante los autonomistas en general y el pueblo pandino en particular.
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