Por: Walter Javier Arrazola M.
Ex Diputado Nacional
Ex Diputado Nacional
Para hablar de racismo tenemos que hablar primeramente de la Constitución de Bolivia, en la que se ha institucionalizado distintos niveles de discriminación en favor de etnias calificadas como “Naciones y Pueblos indígena originario campesinos”, frente a los otros que se los ha denominado “comunidades interculturales”.
La declaración 169 y la resolución de las Naciones Unidas de los Derechos de los Pueblos indígenas y Tribales, leyes en Bolivia, no mencionan a los “pueblos campesinos” o “comunidades campesinas” como grupos de personas que podrán usufructuar del derecho de los indígenas y de territorios ancestrales. Con este nuevo concepto político, sociológico y constitucional, se les quitarán derechos y territorios a los verdaderos indígenas, sobre todo a aquellos que sean numéricamente menos o estén más vulnerables dentro de las actuales esferas de poder estatal.
Existe algo confuso en Bolivia entre quienes son “las mayorías”. No se sabe si son los indígenas “autoidentificados” como tal o los mestizos o cholos.
Si fueran los indígenas las mayorías ¿Por qué el Estado les otorga la discriminación positiva o mayores derechos frente a otros ciudadanos? Si los mestizos son minoría ¿no sería ellos a quienes se les deberían otorgar derechos diferenciados frente a una mayoría? Seguramente los teóricos del indigenismo dirán que siempre ellos fueron los excluidos, por tanto ahora el mestizo o cholo o migrante deberá pagar por eso y sufrir exclusión y discriminación por no ser “indígena originario campesinos”.
Si fueran los indígenas las mayorías ¿Por qué el Estado les otorga la discriminación positiva o mayores derechos frente a otros ciudadanos? Si los mestizos son minoría ¿no sería ellos a quienes se les deberían otorgar derechos diferenciados frente a una mayoría? Seguramente los teóricos del indigenismo dirán que siempre ellos fueron los excluidos, por tanto ahora el mestizo o cholo o migrante deberá pagar por eso y sufrir exclusión y discriminación por no ser “indígena originario campesinos”.
Esto puede solucionarse, si usted se “autoidentifica” con una de las 36 etnias de Bolivia que vienen antes de la colonia, porque lo que vino después no sirve. En esta discriminación histórica, nos obligaran indirectamente a que optemos por ser una de esas etnias. Por supuesto que uno se va a tener que autoidentificar, pues podrá ser elegido diputado, alcalde, ministro, entre otros, por “usos y costumbres” y sin necesidad de tener una profesión u oficio.
¿Por cual etnia se autoidentificaria para tener mayor poder económico y político, status social, teniendo en cuenta que en Bolivia existen 36 pueblos indígenas, que según el censo del 2001 son el 56% de la población? Es decir que, de cada 10 bolivianos 6 son indígenas, mejor dicho aún que de estos el 90% es Aymara y Quechua y solo el 10% es del oriente de Bolivia.
No hay duda que lo que se busca es crear una etnia dominante o hegemonía cultural en Bolivia, en busca de una retórica etnonacionalista. En Perú el imaginario colectivo nacional lo identifican con el Quechua, en Paraguay con el Guaraní, en Chile con el Mapuche. En Bolivia no puede ser el Quechua porque ya esta ocupado; menos el Guaraní, son muy pocos; tendrá que ser el Ayamara no más. Mejor si es de Orinoca.
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