Manuel y Graciano: ¡Hasta que al fin los mataron!













Por: Walter Javier Arrázola Mendivil
Diputado Nacional de Bolivia

Recibo con dolor la noticia que, el 17 de diciembre de 2009, fueron asesinados cruelmente Manuel Moya Lara y Graciano Blandón, junto con su hijo, dos líderes Afrodescendientes colombianos. Asesinados por la mafia del comunismo internacional representada por la FARC y el Foro de Sao Paulo en Américalatina, la ejecución fue dada por el frente 34 de las FARC.
El pecado de estos dos mártires y activistas de derechos humanos fue el de denunciar y develar a los colombianos y al mundo, al cura marxista Javier Giraldo director del la ONG Justicia y Paz, frente a los jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por los abusos que habían sufrido su minoría étnica, ante la FARC y ante la ONG que dirigía la teología de la liberación, quienes violaban sus derechos humanos y los esclavizaban en complicidad con las FARC y otras oeneges.


Una vez más se desenmascaran a las oeneges de Derechos Humanos y de desarrollo rural-campesino, que son financiadas por el comunismo europeo para defender las atrocidades que ellos mismos hacen, encubrir sus crímenes y falsear la verdad histórica de los hechos. Una estrategia y patrón que está funcionando muy bien en toda América latina. Gestando golpes de Estados, masacres, vandalismos, asesinatos selectivos, que son denunciados internacionalmente como si fuesen realizados por los gobiernos, en caso de estar el comunismo en la oposición, pero provocados por ellos; y cuando están en el oficialismo los crímenes son inculpados a sus opositores como si estos fuesen los organizadores de sus propias atrocidades. Es de decir las victimas terminan de victimarios y viceversa.


Lo que se les pretendió hacer a los “negros” en Colombia fue un genocidio cultural, trasladando gente de otros lugares a las tierras de los afrodescedientes, que no tenían ni el genotipo de ellos, para desplazarlos de sus territorios o tener el control político electoral de sus comunidades campesinas para implementar las políticas expansionista de las FARC; ahora democráticamente con votos en municipios rurales, de los nuevos afincados, obviamente a punta de culatazos y fusil, de miedo. Pero los afrodescendientes colombianos no tuvieron miedo, por eso su asesinato para que no se animen a denunciar y mostrar los nexos que tiene la mafia del comunismo internacional, con Oenegeses y con las FARC en Colombia. Algo parecido están haciendo en Bolivia en los departamentos del oriente !Que casualidad, la misma estrategia!
Como diría la defensora y coordinadora para la defensa de estos grupos de minorías y de víctimas de las FARC, María Fernanda Cabal, ya se murieron, deben estar de fiesta celebrando el CINEP, PBI, PASC Canada y Justicia y Paz, las Oenegeses de la impostura.


¿No hay justicia para las víctimas del terrorismo en Américalatina? ¿Los militares que nos defendieron de los terroristas en Uruguay, Argentina, Chile y Colombia, están siendo sometidos a la justicia ordinaria por quienes fueron vencidos con las armas? Muchos de estos militares están presos siendo sometidos a juicios con testigos falsos, o procesos prefabricados, en juicios vindicativos y otros tanto están por recibir condena.


¡Qué injusticia! cuando reaccionaremos, o tal vez ya sea demasiado tarde y usted y yo estemos acompañando a estos mártires o a los militares en la prisión, hoy o mañana.

No hay comentarios: